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En la vida hay 5 aspectos que deben estar en equilibrio, estos aspectos son el emocional, el social, el físico, el intelectual y el espiritual, ya que somos seres integrales. Los seres humanos a lo largo de la vida permanecemos muy preocupados por el desarrollo y el equilibrio de estas áreas en nuestras vidas, además, como progenitores y comunidad de fe nos compete el desarrollo espiritual de los pequeños.

Para contribuir en el desarrollo espiritual del niño, es importante considerar lo fundamental que es cultivar el hábito de la oración (una conversación con Dios), desde que está en el vientre de su madre. Para cultivar la oración en los niños podemos poner en práctica estos consejos:

  • Jesús es mi mejor amigo: Para ser el mejor amigo de alguien es necesario pasar tiempo con él y conversar con él. Dios desea que cada día pasemos tiempo con él y lo conozcamos.
  • Jesús es mi ayuda: Él quiere que abramos nuestro corazón y le pidamos ayuda en todo.
  • Siendo un modelo: Cada día debemos ser un ejemplo para los pequeños. ¿Qué hacemos cuando nos enfermamos, cuando recibimos malas noticias, cuando enfrentamos problemas o fracasos, o cuando recibimos buenas noticias? Si lo primero que hacemos es orar, estamos demostrando fe y dependencia en Dios, siendo así un modelo para otros.
  • Los primeros 5 años: Durante esta etapa, podemos enseñarles oraciones breves y simples, repitiéndolas. A esta edad, oran por todo lo que les rodea: personas, juguetes, mascotas, seguridad, entre otros. Podemos invitar al niño a hablar con Jesús diariamente y en cualquier momento del día. Enseñarle a arrodillarse, cerrar los ojos, levantar las manos y entonar cánticos de adoración. Es importante tener en cuenta que las oraciones deben ser cortas debido a su capacidad de concentración.
  • Entre los 6 y 11 años: En esta etapa, los niños comienzan a hacer oraciones más extensas y pueden incluir peticiones por otros. También empiezan a plantear preguntas sobre cómo y cuándo Dios responde a sus oraciones, y debemos estar preparados para responder con sinceridad, recordándoles que el tiempo y la voluntad de Dios son perfectos. Una excelente idea es recorrer diferentes espacios de la casa para orar, así como hacerlo en el parque o durante los viajes. Les enseñamos a buscar lugares tranquilos y privados para conversar con Dios, de manera que experimenten Su presencia constante y Su cuidado amoroso hacia Sus hijos. Además, pueden comenzar a mantener un diario de oración, donde anoten sus peticiones, respuestas, expresiones de gratitud y momentos de adoración.

Jesús es el ejemplo ideal para instruir a los niños en su desarrollo espiritual, él es un modelo de oración y podemos seguir su guía, asimismo, Santiago nos dice esto tan alentador. “¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas.  ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor.  Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados.  Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.” Santiago 5: 13-16.

Por: Loyda Flores, Directora Nacional del Ministerio de Niños en Costa Rica