Con frecuencia se ha dicho que, «No se trata de si nuestros hijos están siendo formados, sino de quién o qué los está formando «. Para cuando nuestros hijos lleguen a la edad adulta, habrán sido formados por cientos de influencias —maestros, tías, tíos, entrenadores, tecnología, libros, pastores, consejeros, líderes de grupos pequeños, entre muchos otros— a través de la mentoría, el entrenamiento, el aprendizaje práctico y el modelado.
La formación combina, de manera desorganizada, todos los pequeños momentos en este mundo que se conectan con los altibajos que convierten a las pequeñas personas en grandes personas. No es un milagro. Es [un proceso] normal, que va poco a poco. Pero en cierto sentido, parece un milagro, porque la Iglesia no es la única que forma a nuestros hijos. En un mundo que ahora incluye titulares sobre splinternet (o ciberbalcanización), transhumanismo, ChatGPT (programa informativo operado por la inteligencia artificial), NFT (siglas en inglés para fichas no fungibles) y transgenerismo, está más claro que nunca que la formación cultural es una fuerza que debemos tener en cuenta cuando se trata de nuestros niños.
Así como una caña de bambú se resiste al viento, la Iglesia se mantiene firme en esta creencia unificadora: Hacer discípulos es la labor central de la iglesia. La comunidad de la iglesia que se centra en este oficio de hacer discípulos con los niños está realizando la labor más importante del planeta.
La pregunta es, ¿por dónde empezamos?
Discipulado de niños: Una definición
El discipulado de niños es un proceso diseñado para formar en ellos una fe permanente. [Esto se logra] ayudándolos a sentir que pertenecen a Dios y a Su reino, que crean en Jesucristo como Señor y Salvador, que imiten a Jesús y sigan Sus caminos mediante el poder del Espíritu Santo.[1]
Un sentido de pertenencia representa un proceso altamente relacional que es dirigido por adultos cariñosos y atentos —como padres, líderes de la iglesia, voluntarios, maestros, mentores y similares. Cuando los adultos cariñosos y atentos resaltan entre los niños un sentido de pertenencia al relacionarse con ellos, éstos tienden a sentir amor y se abren más al Evangelio y a la Biblia. [El concepto de] creer consiste en ayudar a los niños a descubrir la realidad de la verdad del Evangelio [anunciado] en la Biblia. Mientras más los niños interaccionan con las Escrituras, más se formará [en ellos] una cultura en la cual experimentarán lo que es confiar en Cristo como Salvador y crecerán en su fe. También podemos ayudar a los niños y estudiantes a volverse en conocedores de su participación en el mundo que les rodea. Ellos necesitan adultos cariñosos y atentos que les ayuden a navegar en medio de una cultura que cambia rápidamente, y que tengan experiencias con Dios cuando siguen en los caminos de Jesús. [2]
El discipulado de los niños ocurre cuando lo mundano se encuentra con lo majestuoso, ¡y además con las galletitas que les gustan! Es algo así como cuando un niño crece un centímetro. Uno se pregunta, “¿cuándo ocurrió esto?”. Lo ves, pero no lo ves. Cuando discipulamos a los niños, hacemos nuestra parte cuando confiamos en el poder de la Palabra de Dios y en la obra del Espíritu Santo. Es a través de esta asociación que los niños pueden responder al evangelio, confiar en Jesucristo y madurar en su fe. A medida que los niños siguen a Jesús, el Espíritu Santo los transforma a través de un proceso continuo de discipulado para que sean más a Él. Es en esta asociación entre nosotros (los formadores de discípulos) y Dios donde se forma la fe de nuestros hijos.
El fundamento de las Escrituras
Nuestro anhelo es que los niños tengan una fe permanente. Esto es lo que hace que nuestro corazón lata con mayor rapidez. Si queremos una fe duradera en nuestros hijos, tenemos que “cavar “ese cimiento aún más profundo. Cuando lo hagamos, no sólo enriqueceremos el ambiente con las Escrituras y sus vidas serán saturadas de la Biblia, sino que también les daremos una perspectiva mundial del Evangelio… una cosmovisión que es mucho más satisfactoria que las promesas vacías del hiper individualismo. ¿Qué es una perspectiva mundial bíblica? Es un marco del evangelio:
- Creación – Fui creado, sé quién me creó y tengo valor y propósito;
- Caída – Sé de dónde viene el pecado, sé lo que está mal en mí y sé lo que está mal con el mundo;
- Redención – Sé quién pagó por mis pecados, quién puede salvarme de mis pecados y, a la larga, quién me salva de la pena de muerte; y
- Restauración – Sé quién puede dame vida abundante. Sé quién puede cambiarme y transformarme, y sé que un día todo será renovado a un estado perfecto en el cielo.
Los niños de hoy en día necesitan participar en ambientes saturados de la Biblia —la Palabra de Dios. Si queremos aumentar nuestra eficacia en el discipulado de los niños con una fe permanente, debemos enseñar a nuestros hijos la Biblia de una manera que esté centrada en Cristo y que presente claro el Evangelio, a medida que llenamos las vidas de los niños con la Biblia.
Un camino hacia los padres
En nuestro estudio conducido en 2022 del Grupo Barna descubrimos algunas ideas interesantes sobre los padres. Un relato común «acerca de los padres» entre los líderes de los ministerios de niños suena algo como esto: «Intento que los padres participen en el discipulado de sus propios hijos, pero frecuentemente, muchos padres se distancian del proceso». Esto nos lleva a preguntarnos: «¿Estarán cubriendo los ministerios de niños los temas difíciles que les importan a los padres?»[3] [Los resultados fueron que] descubrimos tres áreas en las que los líderes de los ministerios de niños parecen llevar la delantera en temas que abordan los temas culturales. Estos temas son los siguientes:
- Acoso escolar
- Soledad
- Redes sociales
También hay otras áreas en las que los padres creen que el ministerio de niños debería abordar temas culturales. Estos temas incluyen los siguientes:
- Depresión
- Desigualdad racial
- Suicidio
- Daño al cuerpo
- Tiroteos en escuelas
- Identidad sexual
Los padres están dispuestos a recibir más ayuda de la Iglesia. Existe una enorme oportunidad de descubrir exactamente cuáles son los temas clave en la comunidad de su iglesia y construir un puente que conecte el corazón de los padres al corazón de los hijos.
Hay que entender esta era cultural
Ya no vivimos en una cultura donde predomina el cristianismo. Los niños de hoy en día necesitan ser protegidos, pero también preparados por los agentes de formación de Dios: la iglesia y el hogar. Esta preparación comienza desde la infancia, tomando en cuenta la edad. Si esperamos a que lleguen a la adolescencia para empezar a prepararlos para navegar por la «Babilonia de hoy», estaremos demasiado tarde. Debemos adoptar una mentalidad misionera al criar y discipular a los niños en el mundo de hoy. Como discípulos de Jesús, ellos se van a ver, actuar y hablar de manera diferente. Al igual que los hombres de Isacar que comprendieron los tiempos y supieron qué hacer, debemos preparar a nuestros hijos para que tengan flexibilidad, pero no se rompan, con el peso de la cultura. [iv]
¿Cómo podemos entender mejor los tiempos para saber qué hacer?
- Conocimiento – Necesitamos tener un mejor conocimiento sobre cómo las culturas dominantes están formando a nuestros hijos, por qué es importante y qué podemos hacer al respecto. La comprensión nos ayuda a entender el porqué, y elimina el misterio intimidante de algo que, de otro modo, podría parecer desalentador. He aquí una lista de recursos que han sido en gran manera útiles para adquirir conocimientos en el área de la formación cultural:
- Escuchar el podcast Este momento cultural (empezar con la primera temporada, episodio 1)
- Asistir al Foro de Discipulado de Niños
- Lea La iglesia que reaparece: La esperanza de la renovación frente al surgimiento de una cultura poscristiana o Una presencia sin ansiedad: Cómo un mundo cambiante y complejo creará un remanente de líderes cristianos renovados, escritos por Mark Sayers.
- Equipar – El conocimiento es el punto de partida, pero hay que saber qué hacer con ello para provocar el cambio. He aquí algunos recursos clave que pueden resultarle útiles:
- Lea Resilient: Child Discipleship and the Fearless Future of the Church, por Valerie Bell, Mike Handler y Matt Markins
- Lea Elimina la prisa de tu vida, por John Mark Comer
- Lea Discipulado emocionalmente sano: Pasar del cristianismo superficial a la transformación profunda, por Pete Scazzero
- Práctica – la práctica es tomar la percepción + equipar → y ponerla en acción. Aquí tiene algunas ideas para empezar:
- Comience discutiendo con su equipo esta pregunta: «¿Cómo ayudamos bíblicamente a los niños y familias que están siendo formados por los problemas de nuestros días?» Haga esto con su equipo del ministerio de niños, con un grupo de padres, o con su grupo pequeño. El debate es siempre un buen punto de partida. El diálogo y la conversación dan a todos la oportunidad de expresar lo que hay en su corazón y en su mente, así como de hacer preguntas y de luchar con temas complejos como grupo.
- Ore con su equipo y con grupos de padres. Así como la discusión abre el diálogo relacional, canalice estas preguntas y ansiedades hacia Aquel que puede manejarlas — Dios. Luche con Dios sobre estas cuestiones. Habla con él. Suplíquele que le dé la sabiduría que necesita y que procede de Él. Luche por los niños dentro y fuera de su ministerio y hogar. Este es su trabajo más importante.
Los niños necesitan un buen comienzo. Tienen que estar preparados. No podemos esperar que lleguen a la escuela secundaria; es mucho más probable que sean golpeados por las interminables olas del secularismo. Cuando esto sucede, muchos jóvenes caen bajo las olas de la cultura y nunca resurgen a la fe.
Mientras respiro sintiendo el peso del momento, también exhalo con las palabras de Jesús en Juan 16:33 donde dice: » Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo».
Jesús edifica su iglesia . . . y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.
[1] Matt Markins, The Faith of Our Children: Eight Timely Research Insights for Discipling the Next Generation (Nashville, TN: Randall House Publications, 2023), 14.
[2] Valerie Bell, Matt Markins, and Mike Handler, Resilient: Child Discipleship and the Fearless Future of the Church (St. Charles, IL: Awana, 2020), 170-171.
[3] Research Project Seven, 42.
[iv] Primera de Crónicas 12:32, «De los hijos de Isacar, doscientos principales, entendidos en los tiempos, y que sabían lo que Israel debía hacer, cuyo dicho seguían todos sus hermanos». (RV)