¿Puedes ver lo mismo que yo veo?

Ezequiel 37:1-4 (NVI) dice:

La mano del Señor vino sobre mí; su Espíritu me llevó y me colocó en medio de un valle que estaba lleno de huesos…los huesos que cubrían el valle estaban muy secos… Entonces me dijo: “Hijo de hombre, ¿podrán revivir estos huesos?” …Entonces me dijo: “Profetiza sobre estos huesos y diles: ʻ¡Huesos secos, escuchen la palabra del Señor!ʼ”

¿Qué ha forjado tus creencias, tu fe? ¿Por qué actúas y respondes a los desafíos de esa manera? ¿Qué experiencias de vida han influido en tu forma de ver a Dios y lo que Él puede hacer sobre tu vida y sobre aquellos a tu cargo? ¿Qué palabras proclamas ante un problema? ¿A través de qué lente ves a aquellos que están bajo tu liderazgo —son simplemente un grupo de personas que no tienen propósito, un pueblo agotado y acabado? ¿O ves lo que Dios ve en ellos —personas que esperan oír la palabra del Señor sobre sus vidas? (Ezequiel 37:10)

Esa fue la pregunta que Dios le hizo al [profeta]: “Ezequiel, ¿ves lo que yo veo o ves la vida a través del lente de tu propia historia, experiencia y perspectiva? ¿Pueden vivir estos huesos?”

En este pasaje, Dios revela a través de la visión de Ezequiel lo necesario para cumplir Su plan divino.

Tocado y guiado por el Espíritu (Ezequiel 37:1, 2)

  • Mateo 4 nos dice que el Espíritu llevó a Jesús al desierto.
  • Lucas 4:14 dice que Jesús regresó en el poder del Espíritu.
  • En Lucas 4:18, Jesús dijo: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para anunciar buenas noticias…”.

Para ver lo que Dios ve, debemos ser tocados y guiados por Su Espíritu, porque los que son guiados por el Espíritu son hijos e hijas de Dios.

Eco divino: Escucha y responde con obediencia a la voz de Dios (Ezequiel 37:4-9)

  • Ezequiel vio que la mano de Dios se movió porque escuchó, prestó atención y respondió declarando vida sobre los huesos secos. La fe viene cuando escuchas la palabra que Dios declara sobre tu situación.
  • Responde en oración, proclamando la Palabra de Dios sobre tu situación. La vida y la muerte están en el poder de la lengua (Proverbios 18:21). Cuando Dios le reveló la verdad a Ezequiel, él oró y declaró lo que Dios le había revelado. ¡Así que ora y decláralo! ¡Afirma lo que Dios dice! ¡Confiesa y cree en la Palabra de Dios! Los sentimientos vienen y van, pero la palabra revelada de Dios permanecerá para siempre.

Proceso: Recuerda, ¡No todo sucede a la vez! La nueva vida llegará, pero en ocasiones es un proceso. Dios quiso que Ezequiel y los huesos secos pasaran a través de este proceso:

  • El Espíritu Santo de Dios lo llevó al valle.
  • Dios desafió su perspectiva y sus pensamientos; luego, le mostró Su propia visión: Israel estaba prácticamente muerto, sin vida; pero en Ezequiel 37:12, 13, Dios declaró que resucitarían. “No he de morir; he de vivir para proclamar las obras del Señor”. (Salmo 118:17).
  • Ezequiel profetizó la palabra de Dios que le fue revelada. Y luego hubo un ruido, algo estaba sucediendo en el Espíritu, un cambio se estaba produciendo. ¡La Palabra de Dios es espíritu y es vida! (Juan 6:63).
  • Los huesos comenzaron a unirse, y se cubrían de piel. Dios sopló sobre ellos, ¡y se pusieron de pie! La Biblia dice que era un ejército poderoso.

Debes recordar que Dios no está limitado para hacer Su obra. La gente que tienes es suficiente. Es importante que entiendas lo que Dios está tratando de revelar —Su visión, Su plan. Sé obediente y decláralo. Dios solo requiere lo que tienes en tus manos. Solo tu fe en Él, solo una semilla, solo el polvo de la tierra, solo cinco panes y dos peces, solo tú. ¡Él puede hacer cualquier cosa! ¡Declara vida! Si lo haces, Dios hará grandes cosas. . ¿Ves lo que Dios ve? ¿Ves lo que Él dice que puede ser?

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