México, Centroamérica y el Caribe de habla hispana

Cumbre Internacional de Liderazgo

San Salvador 2025

Más de 800 líderes fueron impactados en la Cumbre Internacional de Liderazgo San Salvador 2025, un evento inspirado para abordar los desafíos misionales del siglo XXI. La cumbre nos invitó a reflexionar sobre los retos de la Misión de Dios, comprendiendo el rol crucial que la iglesia desempeña en el mundo.

Los desafíos misionales representan un llamado a la fe y a la acción, inspirándonos en el ejemplo de Caleb, quien afirmó con convicción: “Esta tierra la vamos a conquistar, esta tierra la vamos a poseer” (Números 13:30, parafraseado).

Con la presencia de legisladores, autoridades, empresarios y líderes comunitarios, el evento se realizó con el propósito de fortalecer a la Iglesia de Dios de la Profecía y, a la vez, generar un efecto positivo que trascienda las paredes de la iglesia e influya directamente en la transformación de las naciones.

La apertura estuvo marcada por conferencias de alto nivel, con la participación de delegaciones de las oficinas internacionales, el Ministerio Internacional de Niños, el Ministerio Internacional de Jóvenes y el Ministerio de Comunicaciones Mundiales.

El obispo Benjamín Feliz abordó temas como migración, desafíos políticos, violencia, el desafío urbano y generacional, además de la defensa de la fe en tiempos difíciles. Citando a Martin Luther King, recordó: “La iglesia no es la ama ni la esclava del estado, la iglesia es la conciencia del estado”. También expuso realidades alarmantes: Hoy hay más personas desplazadas que nunca en la historia de la humanidad, y en el 2023 se registró el mayor número de muertes de migrantes jamás documentado.

En medio de estas cifras, el mensaje de Filipenses nos recuerda que el sufrimiento y la cruz no son obstáculos, sino el trasfondo desde el cual se revela el gozo del ministerio. En contraste con gran parte de la iglesia del siglo XXI, seducida por el placer a cualquier costo, Pablo nos enseña a abrazar el sufrimiento como parte de la misión.

Durante la cumbre, se lanzó el gran desafío de alcanzar 4,000 iglesias para la próxima Asamblea Internacional. En un momento histórico de celebración, 11 obispos nacionales de México, Centroamérica y el Caribe de habla hispana marcharon juntos, testificando la cosecha y el crecimiento de la región. Además, se anunciaron alianzas con seminarios de alto prestigio en Estados Unidos para fortalecer los esfuerzos en el desarrollo del liderazgo.

El ministerio regional de Comunicaciones presentó los avances y logros de los últimos años, destacando la graduación de los primeros 100 estudiantes de nuestra Academia de la Región Central —una academia que forma a los líderes jóvenes en conocimientos digitales, brindándoles herramientas para desarrollarse profesionalmente y generar ingresos en la economía digital.

El Dr. Gabriel Salguero, reconocido por el New York Times como uno de los líderes cristianos más influyentes en la comunidad latina, desafió a la iglesia a mantenerse firme frente a la persecución, los conflictos raciales y las tensiones sociales. Con autoridad nos recordó que, así como David venció a Goliat con cinco piedras dirigidas por Dios, también nosotros podemos derrotar cualquier gigante. Además, subrayó que no todo lo nuevo es bueno ni todo lo antiguo es malo; lo importante es mantener un balance que impacte a las generaciones presentes.

El Dr. Harold Segura destacó que la iglesia no debe ser solo un grupo de creyentes dentro de cuatro paredes, sino también ciudadanos responsables. Afirmó que esta cumbre no solo marca el país anfitrión, sino que también toca el corazón de las naciones reunidas con un mismo sentir: la misión de Dios.

Fuimos bendecidos con excelentes presentaciones de los obispos Elías Rodríguez y Gabriel E. Vidal. La pastora Cesarina Flores nos presentó los desafíos generacionales que enfrentamos hoy y los presbíteros Clayton Endecott y Clayton Martin reportaron los desafíos misionales de sus respectivas áreas.

Finalmente, el obispo principal, Tim Coalter cerró la cumbre con un mensaje lleno de esperanza. Comenzó reconociendo las intervenciones de los demás conferencistas, quienes coincidieron en los grandes desafíos que enfrenta la iglesia. Con palabras de fe, nos invitó a ver las cosas con los lentes de Dios, recordando que Él siempre cambia las posibilidades.

Movido por la presencia del Espíritu Santo, proclamó con fuerza que Moisés fue llamado a guiar al pueblo de Dios a través del desierto árido, del hambre y de las fuerzas contrarias, pero Dios estaba con él y el pueblo. Pedro se hundía en las aguas turbulentas, pero Jesús le tendió la mano. La iglesia primitiva enfrentó grandes persecuciones y desafíos misionales, pero Jesús ya había dicho: “Yo edificaré mi iglesia” —y ésta se multiplicó y se expandió.

El obispo Coalter elevó nuestra esperanza en la redención y transformación por medio del evangelio de Jesucristo, recordándonos que, aun en medio de pruebas, podemos declarar con fe:
“Dios cambia las posibilidades”.

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