En el reino de Dios, encontramos una cultura diferente a la de nuestro mundo. A menudo se nos enseña a ser autodidactas, a levantarnos por nuestros propios medios y la supervivencia del más fuerte. El Reino de Dios da la vuelta estos principios. Se nos anima a esperar, confiar y saber que Dios es quién suple todas nuestras necesidades. ¿Responde tu vida a esta verdad? ¿Llevas una vida de manos abiertas y agradecimiento? Mi oración es que por medio de la lectura de este blog, nos centremos en su provisión. Al saber que Dios tiene la voluntad de satisfacer todas nuestras necesidades, abramos nuestro corazón para confiar en que Dios es nuestro Proveedor.
La Biblia nos dice: “Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús”. Filipenses 4:19
En Mateo 6:25-33 Jesús dice: No vivan pensando en qué van a comer, qué van a beber o qué ropa se van a poner. La vida no consiste solamente en comer, ni Dios creó el cuerpo sólo para que lo vistan. Miren los pajaritos que vuelan por el aire. Ellos no siembran ni cosechan, ni guardan semillas en graneros. Sin embargo, Dios, el Padre que está en el cielo, les da todo lo que necesitan. ¡Y ustedes son más importantes que ellos! ¿Creen ustedes que por preocuparse vivirán un día más? Aprendan de las flores que están en el campo. Ellas no trabajan para hacerse sus vestidos. Sin embargo, les aseguro que ni el rey Salomón se vistió tan bien como ellas, aunque tuvo muchas riquezas. Si Dios hace tan hermosas a las flores, que viven tan poco tiempo, ¿acaso no hará más por ustedes? ¡Veo que todavía no han aprendido a confiar en Dios! Ya no se preocupen por lo que van a comer, o lo que van a beber, o por la ropa que se van a poner. Sólo los que no conocen a Dios se preocupan por eso. Ustedes tienen como padre a Dios que está en el cielo, y él sabe lo que ustedes necesitan. Lo más importante es que reconozcan a Dios como único rey, y que hagan lo que él les pide. Dios les dará a su tiempo todo lo que necesiten. Así que no se preocupen por lo que pasará mañana. Ya tendrán tiempo para eso. Recuerden que ya tenemos bastante con los problemas de cada día.
Tu Padre celestial es el Gran Proveedor de toda la tierra. Él da la lluvia cuando la tierra necesita refrescarse. Él llama al sol desde su escondite cuando la tierra necesita calor. Él les da a los animales su comida, a las flores su belleza, a las aves su refugio y a ti y a mí todo lo que necesitamos.
Adoramos a un Dios que es amoroso y poderoso a la vez. Él es tanto omnipotente como omnipresente. Él es bueno y capaz a la vez. Si no lo fuera, nos veríamos obligados a valernos por nosotros mismos y a luchar por lo que él ha prometido proveer. Si él solo fuera bueno, no estaríamos seguros de la provisión que proporciona su poder. Y si él solo fuera capaz, temeríamos que no tuviera deseos de proveer. Pero Dios es nuestro Padre celestial que sabe lo que necesitamos y anhela dárnoslo en medidas excesivas. Él es nuestro Creador y Sustentador, Señor de todo y Señor en todo.
Entonces, ¿por qué temes por tus necesidades? ¿Por qué te estresas por las cosas básicas de esta vida mientras tu Padre celestial está sentado en su trono? Lo cierto es que mientras no experimentemos por nosotros mismos tanto la bondad como el poder de nuestro Padre celestial, la verdad de su provisión solo se sentirá como un principio teológico. Mientras no experimentemos de primera mano el carácter y la provisión de nuestro Dios, el miedo permanecerá.
1 Juan 4:17-18 dice: “En el amor no hay temor, sino que el amor perfecto echa fuera el temor. El que teme espera el castigo, así que no ha sido perfeccionado en el amor”. Dios anhela perfeccionarte en su amor hoy. Él anhela guiarte a un encuentro con su bondad y poder. Él anhela establecer su fidelidad como una base sobre la cual puedas vivir en fe. Que con la ayuda de este blog hoy puedas tener un encuentro transformador con el Espíritu Santo que te libere del miedo y las luchas.
No importa la edad que tengamos, Dios seguirá siendo nuestro Padre. Nunca tenemos que estar lejos de su perfecta provisión. Nunca tenemos que salir fuera de su guía y amor. Él siempre será nuestro Buen Pastor, siempre será nuestro Sustentador y siempre será nuestro Padre celestial que provee. Nunca dudes de la bondad y el poder de tu Dios. Descansa en sus promesas y continúa creciendo en tu conocimiento de quién es él descansando en su presencia. Que experimentes hoy la abundante provisión de tu amoroso Padre celestial.