El ministerio requiere mucho tiempo. Hay tantos detalles que manejar y las interrupciones diarias a menudo nos distraen. Sin embargo, Jesús nos recuerda en Mateo 28:19-20 que nuestro propósito principal es «hacer discípulos». Como líderes del ministerio de niños tenemos la oportunidad de ser hacedores de discípulos de al menos cuatro grupos.
- Niños en Edad Preescolar: Un verdadero discípulo es un seguidor de Cristo. Entonces, ¿cómo pueden los niños en edad preescolar convertirse en discípulos antes de recibir a Jesús como su Señor y Salvador? No pueden, pero pueden aprender sobre quién es Jesús y cómo Jesús quiere que vivamos. Cuando permitimos que Dios nos use para construir estos cimientos espirituales en la vida de los niños en edad preescolar, estamos preparando a los niños pequeños para una vida de discipulado.
- Niños de Primaria: Al igual que los niños en edad preescolar que aún no son creyentes, podemos enseñar a los niños los fundamentos de la fe. Una vez que un niño se convierte en cristiano, tenemos la responsabilidad de ayudarlo a crecer en su fe mediante el desarrollo de hábitos espirituales saludables como la lectura de la Biblia y la oración.
- Padres: Una de las formas en que podemos discipular a los padres es proporcionándoles recursos para discipular a sus propios hijos. Además, podemos alentar a los padres a desarrollar sus propios hábitos espirituales personales. Sin embargo, recuerda que algunos padres pueden no ser creyentes. Parte del proceso de formación de discípulos incluye compartir el evangelio a ellos.
- Voluntarios: Dios nos llama a equipar a los voluntarios, lo cual hacemos con recursos, capacitación y aliento. Pero ¿qué pasa con el discipulado de voluntarios? Podemos hacer esto individualmente y en grupos cuando hablamos de lo que Dios está haciendo en nuestra iglesia y en nuestro ministerio de niños. Además, podemos alentar a los voluntarios a desarrollar hábitos espirituales saludables, incluido el estudio de la Biblia y la adoración con otros creyentes adultos.
Revisa la lista, es posible que ya estés haciendo algunas de estas cosas como parte de tu ministerio. Si no es así, considera hacer algunos ajustes para recuperar tu propósito como hacedor de discípulos.